Después de muchas horas de trabajo en el despacho,
decidí darme un respiro. Me desperecé y fui a tomar
un café. De camino al bar, vi una larguísima procesión
de hormigas y tuve la tentación de cogerlas y comerlas.
La sorpresa ante tal impulso me hizo tanta gracia que
emití un sonido fuerte y agudo, como un graznido.
Nunca nadie había entendido mi buen humor, excéntrico e
inteligente. Crucé la acera pensando en el juicio de
mañana, en como podía defender a mi cliente de la
sospecha del juez. Noté que la gente me miraba, pero
atribuí eso a mi caminar elegante así que me erguí
sujetando el maletín fuertemente. Veía las caras de
envidia ante mi buena planta acentuada por las rallas de
mi traje gris. Recapacitaba sobre ello cuando vi que ya
estaba a la puerta de mi local favorito así que entré y
pedí la bebida. Las luces iluminaban suavemente el ambiente,
las mesas estaban relucientes, el aroma adormecía los
sentidos pero mi café estaba frío. Iba a protestar cuando
vi que cayó una pluma. Y otra. Y otra. Alcé la vista y
deducí que algo andaba mal. Miré mis manos y observé unas
garras. Recorrí mi cuerpo con los ojos para descubrirlo
recubierto de plumas. Me incorporé de inmediato y salí por
la ventana. Volando, como un pájaro. Rápido, para abandonar
este planeta.
diumenge, 22 de maig del 2011
Microrrelatos de abogados III, Abril (Metamorfosis II)
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M'ha agradat la historieta. Per sort per a l'advocat o advocada acaba millor que Gregor.
ResponEliminaPS: Que li ha passat al segon microrelat?
el segon s'ha perdut! el vaig enviar sense guardar-lo a l'ordinador, de tota manera era el que menys m'agradava :)
ResponElimina